¿Qué significó la
conexión extraterrestre? ¿Cómo ocurrió?
A lo largo del periodo
histórico en que discurrió el reinado de mi padre, las conexiones con vida
extraterrestre significaron un cambio que afectó directamente a la forma de
vida de los egipcios que hasta ese momento se conocía.
Mi padre gobernó
alrededor de diecisiete años y cuando subió al trono aplicó una serie de
cambios religiosos radicales, donde se proclamó descendiente directo del Sol (Atón)
implantando el monoteísmo que, a su vez, sirvió de base para el posterior desarrollo
de religiones monoteístas en Oriente Medio.
Aunque mi padre era un
hombre muy reservado, sabía cómo dialogar y escuchar. Fue quizás por estas
cualidades por las que fue escogido para un intercambio experimental y excepcional,
sobre cómo deberían vivir los humanos.
Es realmente frustrante
no saber cómo ocurrieron esos primeros contactos de los llamados “verdes” -delegación
representativa del Sol- con la familia real egipcia, o sea, mis padres. Solo sé
que un buen día me los encontré. No fue un encuentro casual, pues de todas las
hijas del matrimonio me habían elegido a mí por la ser la primogénita y futura heredera
del poder en la monarquía. Los seres de los que hablo eran tres y también eran
una familia, estaban el padre, la madre y el hijo pequeño, quien hizo más
confianza conmigo. Eran seres extraordinarios con una energía vital incalculable,
metamemoria, sus cálculos eran inalcanzables para el procesamiento humano de la
memoria y la lógica.
Los seres de la Orden
del Sol comenzaron a explicarnos conocimientos de una sociedad quizás más
avanzada, nunca nos dieron órdenes y su calado era cada vez más profundo y más
demostrable a ojos de mi padre, que se mantenía muy escéptico, lo cual me hizo
pensar que los primeros contactos se debieron haber establecido a través de mi
madre, que con su dulzura y su buen hacer, guiada por la Divinidad Absoluta,
convencieron y demostraron a mi padre que un Egipto mejor era posible. O quizás
el contacto se estableció antes, en la época del faraón Tutmosis III. Aunque el
secretismo era total, había papiros clasificados como “intocables hasta mejor
entendimiento”.
Entonces, mi padre
empezó a caer en la cuenta de que sabían más que nosotros en muchos campos,
como la medicina, la arqueología, la agricultura, la astrofísica y muchos más.
Eso sí, el secreto debería permanecer para siempre en la realeza egipcia.
Había que comenzar la andadura para buscar una ciudad donde construir, basándose
en los conocimientos de geometría que podían imperar en ese otro planeta y para
esto los sacerdotes de Amón eran un estorbo, pues se habían anquilosado en sus
viejas costumbres, que les habían proporcionado mucho poder a lo largo de
tantos años y no las querían modificar. Así comenzó la separación entre mi
padre y ellos. La ciencia de otro planeta dio paso prácticamente a otra nueva
cultura.
A pesar de tener a
nuestro lado los más altos conocimientos, los sacerdotes de Amón consideraron a
mi padre un hereje y durante muchos años se produjo un espionaje que conllevó
una guerra fría entre ambas partes para la conquista del poder y del oro.
Extractos de "Secretos de la Realeza en el Antiguo Egipto"
Liusmila González